Este libro me pareció ante todo valiente desde el punto de vista argumental y de estilo, puesto que asumir la personalidad de Shakespeare no sólo desde el punto vital o de reencarnación/posesión sino desde el punto de vista literario puede parecer una aventura más que arriesgada, suicida diría yo... pero la forma de narrar de Safier le quita hierro al asunto mediante una escritura fluida, hilarante y cercana, sin caer en la banalidad o en lo presuntuoso; seductora y atrayente, la relación entre Rosa y William es más que palabras.
Si tuviera que resumir este libro en pocas palabras, diría y diré: "Amar, amándose". Qué es esto exactamente, pues bien, para mí el aprendizaje o la moraleja ha sido clara. No podemos encontrar el amor, ni siquiera buscarlo si no iniciamos primero la búsqueda y conquista del amor personal. A menudo argumentamos que vivimos en una sociedad ególatra, centrados en nosotros mismos pero, en el amor, parece que se da otra historia. Miles y miles pasan sus días desesperados por encontrar a "alguien" más allá de sí mismos, asustados por su soledad y tomando decisiones bruscas y poco acertadas impulsadas más por ese pavor que por la verdadera voluntad y gusto de compartirse. Como dice Anita Tioux: "No estoy sola, estoy conmigo".
La lectura es tan fluida que podemos regalar o regalarnos este libro nos guste mucho o poco la lectura, seamos jóvenes desde el IFE (DNI) o desde el corazón, seamos fans de la literatura clásica anglosajona o, incluso, aunque pensemos que Shakespeare es el nombre del grupo de música del momento. Pero, como esto es entre dos, no os olvidéis de leer a Pablo, la otra mitad de este blog esférico.
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