martes, 3 de febrero de 2015

Te llamaré Viernes (Cara B)

La primera vez que estuve en Madrid fue hace diez años (cuando tenía 21), mientras estudiaba de intercambio en la Universidad de Oviedo. Visité la ciudad y ocurrió que fue la primera vez que sentí el golpe de una urbe cosmopolita frente a mis ojos. Antes de ese viaje ya había conocido muchos sitios de México, pero nunca una ciudad así (ni la Ciudad de México me había causado esa impresión). Las construcciones, los rostros multiétnicos, las aglomeraciones, incluso la actitud de los tenderos de algunos bares: no había sentido antes, como lo fue en España y luego en otros lugares de Europa, que llegar a un bar era como entrar a una casa donde ya existe una familia, donde todos se conocen y no se "presta un servicio" sino que se entra a un convivio de sangre.

¿Y a qué viene esta entrada para el libro que hoy nos disponemos a comentar? Bueno Te llamaré Viernes (Almudena Grandes, Tusquets, 1991) toma lugar en Madrid, en un Madrid lleno de islas humanas y que en algunos momentos sentí la primera vez que fui. Concuerdo con María en la dificultad para fluir con la novela, a veces es esquiva y barroca pero también no me dejó indiferente como lector. Benito, uno de los personajes principales, padeció la violencia en casa al tener un padre machista y violento (su madre sufrió mucho las consecuencias); siendo niño su madre los abandona y esto marca la personalidad de Benito profundamente.

La fealdad y la soledad son dos temas abordados en la novela por medio de personajes marginales, los cuales se contrarrestran con la inocencia y el reconocimiento en el otro, como lo es Benito y Manuela (alias Iris, Víctor o Viernes) o con Polibio. A pesar de no decirlo abiertamente, la autora hace muchas referencias a otras novelas y películas, la más obvia es a Robinson Crusoe, el famoso navegante de York que debe vivir solo en una isla desierta por 28 años y donde salva a un nativo al cual nombra Viernes.

 Hay un pasaje en la trama donde el pequeño Benito se da cuenta de su individualidad, de ser alguien independiente de su padre y madre. “La inteligencia es la capacidad de adaptarse a situaciones nuevas” dice un dicho popular y es ésta la condición con la cual Benito debe luchar durante su adultez. La manera en que Benito afronta este reto es brutal y dota de originalidad a la historia.

Por último, he pensando mucho en los cuentos mientras leía la novela. En como vamos narrando nuestras vidas, nuestros viajes, nuestras anécdotas de vida por una parte y, por otra, en como los cuentos más antiguos, las novelas más modernas, los poemas que llegan por azar, nos dan luz también sobre nuestras vidas: un diálogo entre el Pangea y las islas de nuestro ser.

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